Fortuna es la diosa de la suerte en la mitología romana, la más voluble y caprichosa del Olimpo.
Puede conducir a los hombres hacia la buena o hacia la mala suerte.
A Fortuna le acompaña uno de sus símbolos: la cornucopia o cuerno de la abundancia, signo de riqueza y buena suerte. Este cuerno dicen que era de la cabra Amaltea, que amamantó al niño Zeus hasta que este se lo rompió, y, a cambio, le dio el poder de dar a su dueño todo lo que quisiera.
Otras veces la Fortuna es representada con alas -como Victoria, Niké: voluble, rápida, escurridiza-, o con los ojos vendados -como la Justicia: repartiendo casi al azar, casi justamente, riqueza o pobreza entre los hombres-, con una rueda de la fortuna o con un timón -ya que la versión griega era también la encargada de dirigir el futuro de los hombres. Y, además, juega a la pelota -unas veces en una dirección, rápidamente en otra, como signo de sus inseguridades a la hora de tomar una decisión.
Junto con Fortuna está la Diosa Ocasión (muchas veces confundida con la misma Fortuna), la cual se representa casi totalmente calva, con sólo un mechón de pelo. De ahí proviene la expresión "la ocasión la pintan calva".
Puede conducir a los hombres hacia la buena o hacia la mala suerte.
A Fortuna le acompaña uno de sus símbolos: la cornucopia o cuerno de la abundancia, signo de riqueza y buena suerte. Este cuerno dicen que era de la cabra Amaltea, que amamantó al niño Zeus hasta que este se lo rompió, y, a cambio, le dio el poder de dar a su dueño todo lo que quisiera.
Otras veces la Fortuna es representada con alas -como Victoria, Niké: voluble, rápida, escurridiza-, o con los ojos vendados -como la Justicia: repartiendo casi al azar, casi justamente, riqueza o pobreza entre los hombres-, con una rueda de la fortuna o con un timón -ya que la versión griega era también la encargada de dirigir el futuro de los hombres. Y, además, juega a la pelota -unas veces en una dirección, rápidamente en otra, como signo de sus inseguridades a la hora de tomar una decisión.
Junto con Fortuna está la Diosa Ocasión (muchas veces confundida con la misma Fortuna), la cual se representa casi totalmente calva, con sólo un mechón de pelo. De ahí proviene la expresión "la ocasión la pintan calva".
A Fortuna le estaba consagrado el día 11 de junio, durante toda esa fecha se realizaba un festival que se llamaba Fors Fortuna; se le consideraba también la propiciadora de la maternidad. A esta deidad se le decía también Annonaria y el nombre provenía del antiguo itálico Vortumna (La que rota -hace girar- el año); no se conoce una genealogía mítica canónica o establecida de tal deidad pero se la consideraba hija de Júpiter tal como lo señala una inscripción en el santuario de Preneste y de Juno.
Buenos días Patri, primeramente agradecerte el seguimiento.
ResponderEliminarY sobre tu entrada de hoy no puedo evitar decirte que me entristece. Me entristece porque los trenes de la vida pasan demasiado rápido a veces, y un pequeño despiste puede privarte de algo maravilloso. Así de volatil es el destino, y no siempre se puede estar en el sitio adecuado en el momento oportuno. Mi opinión es que La Diosa Ocasión es tanto o más caprichosa que su compañera la Fortuna.
Pues habrá que estar bien atenta a lo que una de verdad quiere para plantarse delante y agarrarla bien fuerte.
ResponderEliminarY si no... todo pasa para algo. Que a veces nos hacen "querer" cosas que realmente no nos harían felices.
Saludos mañaneros
Hola chicos!
ResponderEliminarIntrospectivo, no te pongas triste, como dice Pulala, todo pasa por alguna razón. Si se te escapa un tren igual es porque debes coger un tranvia, o un avión en 1ª clase... quién sabe?? ;) Quizás la oportunidad del tren que se escapa no es tan buena como parecía.
Hay que tener fé.... y mucha paciencia :)
Un abrazo!