La horripilante historia de Elizabeth Short

La historia que voy a tratar a continuación, seguramente sea la más terrible que se ha escrito y se escribirá en este blog. Recomiendo a las personas sensibles no leer la entrada, he intentado contar el caso de la manera más suave posible, y, por supuesto, no he puesto las fotos macabras, ya que herirían la sensibilidad de cualquiera . Si aún después de mis advertencias, deseáis ver las famosas fotos, sólo tenéis que buscar en imágenes de google, son escalofriantes y es muy probable que os provoquen un gran malestar y pesadillas.

Elizabeth Short nació en un pueblecito de Massachussets el 29 de Julio de 1924.
Durante su niñez asistía frecuentemente a ver los grandes estrenos del Hollywood junto con sus hermanas pequeñas. Le encantaban los musicales de Fred Astaire y Ginger Rogers.

Sus padres regentaban un minigolf que quebró debido al crack del 29.
En 1930 el padre de Elizabeth fingió su muerte, tiempo después escribió desde California  para disculparse, pero su mujer nunca le perdonó.

Elizabeth tenía problemas pulmonares y asma y los inviernos eran duros para ella.  A los 16 años su madre comenzó a mandarla durante las estaciones frías a casa de unos amigos en Miami, y allí comenzó a trabajar de camarera en un restaurante. Creció se convirtió en una bellísima joven que llamaba a atención, fue entonces cuando  pensó en dedicarse a ser modelo o actriz.

A los 19 años se mudó con su padre en Vallejo, California, pero la convivencia no funcionó y poco tiempo después se fue a Santa Barbara a trabajar en la base militar de Camp Cooke. Sólo llevaba allí unos meses cundo fue detenida por beber siendo menor de edad y la mandaron con su madre a Massachussets.

En los años siguientes tuvo diversos trabajos, se mudó en muchas ocasiones. Era aficionada a los clubs de moda de la costa este.


En Nochevieja de 1944, conoció al mayor Matthew M. Gordon Jr, pronto se prometieron, iban a casarse cuando él volviera de Filipinas, donde estaba destinado. Pero Matt murió en un accidente de avión. Este trágico hecho provocó en Elizabeth  una profunda depresión, se fue a California y allí intentó olvidar sus penas con el alcohol.
Con el dinero que ganaba, lo gastaba en ropa lujosa en lugar de pagar el alquiler.

Comenzó a frecuentar los bares de Los Ángeles en busca de amantes, esperaba encontrar un hombre adinerado que le ayudara a convertirse en una estrella.


El 8 de Enero de 1947, Elizabeth  durmió en un motel con un ligue llamado Robert Manley, un vendedor de 25 años que la recogió en su coche en una esquina de San Diego. No mantuvieron relaciones. Al día siguiente el chico la acompañó a la estación de autobuses y Betty dejó su equipaje. Pensaba ir a Berkeley para ver a su hermana, con la que se iba a reunir en el Hotel Biltmore. A las 18:30, Robert la dejó en el vestíbulo  y se marchó con su familia.
Esa noche, a las 22:00, el recepcionista la vio salir del hotel. Nadie más la volvió a ver con vida.


Cuidado, el siguiente párrafo puede herir vuestra sensibilidad, obtenido de http://www.cineol.net

Siete días después de la desaparición, la policía recibió la llamada de una mujer que decía haber visto un cadáver en un solar de un barrio del sur de Los Ángeles. Al llegar los agentes, encontraron el cuerpo de Elizabeth terriblemente mutilado. Su cuerpo había sido partido en dos por la cintura, dejandolas dos  partes separadas, con las piernas abiertas y los brazos posición de alto. Sus intestinos habían sido colocados de forma ordenada dentro de la pelvis, que se encontraba expuesta a la intemperie, y su estómago estaba lleno de heces. Había marcas de cuerdas en sus muñecas y tobillos, indicando que había sido atada durante al menos 72 horas, múltiples laceraciones, golpes y quemaduras aparecían por todo su cuerpo; el pecho derecho le había sido extirpado; profundos cortes en forma de X adornaban sus miembros y su zona pélvica; una letra “B” había sido grabada en su frente; faltaban además algunos trozos de su cuerpo, cortados con precisión de cirujano, que según la autopsia fueron seccionados antes de morir. Por si esto fuera poco, sus mejillas habían sido rajadas desde la comisura del labio hasta la oreja dejando la mandíbula casi sin sujeción, formando una siniestra sonrisa. Para culminar tan macabra obra, había sido violada post-mortem, desangrada, y habían introducido hierba y el trozo de rodilla que le faltaba en su vagina. El forense dictaminó que la causa de la muerte fue hemorragia cerebral debida a múltiples fracturas de cráneo, producidas por un objeto contundente.



 Sus huellas habían sido tomadas en dos ocasiones: cuando trabajaba en la cantina del cuartel de Camp Cook y tras ser fichada por la policía por encontrarse ebria siendo menor de edad.

Por la estrecha relación de los policías con la prensa en los años 40,  a las pocas horas hubo una filtración, los reporteros de Los Angeles Examiner usaron una treta para conseguir información sobre la misteriosa Short: telefonearon al domicilio de su madre y le dijeron que su hija  (el FBI todavía no le había informado sobre el crimen) había ganado un concurso de belleza. Así pudieron conseguir datos sobre su vida antes de decirle en la misma conversación, que Elizabeth había sido brutalmente asesinada.





Un periodista inventó el apodo con el que Elizabeth se haría famosa: La Dalia Negra, por la película de moda en esos momentos "La Dalia Azul" y porque le gustaba el color azabache.






El 24 de Enero, el periódico Examiner recibió un sobre sin remitente con las pertenencias personales de Elizabeth Short, incluidas fotos y una agenda con 75 nombres a la que le faltaban varias páginas. Tanto el sobre como su contenido estaban impregnados de gasolina para borrar huellas dactilares.   En el sobre aparecía la leyenda “Aquí están las pertenencias de la Dalia, les seguirá una carta”, escrita con trozos de periódico recortados. Todos los nombres de la agenda fueron comprobados: todos conocieron a Beth en un bar o en la calle, la invitaron a unas copas y cuando supieron que no estaba interesada en acostarse con ellos se fueron y no la volvieron a ver.
 La siguiente carta llegó, y en ella el presunto asesino decía que se entregaría en una fecha y lugar determinados. El día señalado se recibió otro anónimo similar diciendo que había cambiado de opinión, y que nunca le cogerían.





La policía tuvo una veintena de sospechosos, pero nunca logró dar con el asesino. Aún hoy, la identidad de ese sádico sigue siendo un misterio que cada vez parece más difícil de resolver.





Fuentes:

http://www.cineol.net
http://oscarherradon.wordpress.com

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Sobre Patri Caos

Apasionada del cine clásico y devoradora de series. Me encantan las curiosidades, lo retro y lo vintage.
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4 comentarios :

  1. ¡Dios Santo, Patri! Vaya hecho más macabro.
    Parece como si hubiera sido víctima de algún rito satánico. Aunque ni siquiera al mismísimo satán se le hubieran ocurrido semejantes atrocidades, barbaridades y vejaciones, para con un cuerpo humano.
    Hay que estar muy enfermo, para semejantes actitudes con una persona.

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  2. Esta es una de esas historias que muestran el peor lado del ser humano, tanto por parte de ella, la ambición y su alcoholismo, como por parte del asesino (o asesinos), la prensa y la gente que leía las noticias por el morbo.

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  3. Un buen artículo y, desgraciadamente, casos que siguen ocurriendo en el mundo.
    ¡Qué lejos estamos muchos de saber qué es el verdadero sufrimiento!
    Saludos.

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  4. Cantona! Llevaba tiempo con la entrada en borradores, pero cada vez que buscaba imágenes me ponía mala. Es un hecho espeluznante, da miedo pensar que ese loco no pagó por su crimen. No haré entradas tan fuertes a menudo ;)

    Hola Chechu! Estoy de acuerdo contigo, ya no sólo es el hecho del asesinato en sí, la vida de la chica y la forma que la prensa llevó el asunto deja mucho que desear. Aunque si lo comparamos con hoy en día, no hemos mejorado nada. Qué pena!

    Gracias Pitt! No puedo entender ni lo entenderé nunca, como el ser humano puede albergar tanta maldad. Tanto que hemos avanzado en otras materias, y en estas cosas seguimos tan atrás.
    Saludos!

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